Me encantaría escribirte con poesía,
pero tus irregularidades
tus besos, más que increíbles
y tu sonrisa única,
solo me permiten versos libres de rima blanca...

Cuenta con mi abrazo. Ya sea de buenos días, de buenas noches o de respaldo.
Cuenta con él, estemos cerca o lejos, te mire a los ojos o tan solo pueda mirar uno de los muchos versos que te escribí y me hacen leerte cada noche, como cuando leía tus lunares.
Cuenta con él, porque solo tienes que cerrar los ojos, y me notarás contigo.
Cuenta conmigo cuando me necesites. Ya sabes, solo tienes que silbar y alli estaré...
Ya sabes...

No volvamos a leer ese capítulo que ya sabemos como comenzó, que ya conocemos como terminará. Sigamos escribiendo nuestro libro, reglón a reglón, página a página, construyendo capítulos, donde el final, nos sorprenda como ya hizo todo lo escrito atrás...

He soñado tantas veces que te desnudaba y te comía a besos...
No desaproveché ninguna de las ocasiones en que cerré mis ojos y tú, apareciste ahí, tan cerca, tan maravillosa.
Y es que todo parecía ser increiblemente real, como si en realidad solo necesitara cerrar los ojos para saberte mía...

Ya decidí dejar de soñar...
Conseguí desnudarte y comerte a besos, así como soñé.
Conseguí que estuvieras tan cerca, que entre tú y yo no existiera más que el deseo.
Conseguí descubrir lo que no pude soñar, y es que la magia que diste a aquel momento, aun no he sido capaz de encontrarla sin mis manos sobre tu cuerpo.

Gracias por enseñarme la magia...
Gracias por superar mis sueños...

Tiempos que corren, en los que he decidido, de forma unánime en mi cabeza, que no existirá decreto capaz de derogar en que convertiré tus momentos a mi lado.
Y es que juré a mi conciencia que cada instante contigo será el teatro mejor interpretado, la poesía más sincera, esa canción improvisada que habla de nosotros, una película de ejecución brillante, ese documental que consigue una sonrisa entre lágrimas, una historia repleta de renglones mágicos...
Porque esta comedia cobra un desarrollo adecuado contigo cerca, porque aunque siempre te consideré el mayor de los lujos en mi vida, mis ojos buscan el brillo de tu pupila como un artículo de primera necesidad...

...NO al IVA cultural...

Te dejaré mi corazón sobre mi almohada, y con ello solo espero que vengas, y no me dejes descansar en toda la noche, hasta que el reloj nos venza y nos separe en nuestro propio sueño, distinto, aunque podamos olernos, hasta que en el despertar, nuestros sueños vuelvan a cruzarse...

Aunque con una seguridad pasmosa sé que no puedo olvidarlo, repaso cada noche aquel momento, conociendo de memoria cada uno de los movimientos que aquella noche nos brindó.
Hoy sigo mirando tus ojos cerrados, como si siguieran en frente. Te huelo, el pelo primero, la parte de mi almohada donde reposa tu cabello después, y descubro tu cuerpo de la sabana que te esconde.
Allá sigo buscando tus lunares, llegando con la yema de mis dedos, volviendo a palpar aquellas irregularidades tan amadas.
Y consigo darme cuenta que todo sigue en su lugar, ese lugar que tanto me encanta. Tú a mi lado, desnuda; yo en mi pequeño universo, donde tú, princesa, te encuentras cerca.
Te abrazé, rozando casi todo tu cuerpo, rodeando con mis manos tu cintura, llegando a notar el frio de tus pies, aquel que invadía mis noches.
Eran las 4:23, sonreí y sorprendí a mi ilusión soñando despierta, abrazada a tu cuerpo...
Y volví a dormir, hasta que la mañana demostró que aquello no fue un dueño...

...Quiero noches contigo.

Hace días que ando un poco desconcertado, con todo, con nada...
Lo cierto es que todo parece ser distinto a como en realidad es, o quizás yo no pueda asimilar aun que esto debe ser así.
Los días suelen pasar hasta la noche, hasta una lucha de sentimientos que empieza en mi mente, sin tener la menor idea de como parar, sin tener ninguna intención de hacerlo.
La noche me desarma, es ahí donde pierdo todo el control, donde me invades de nuevo, donde no corro a ningún lado, donde no puedo escaparme de tí...
Y es que reconozco que el sudor de la mañana me hace recordarte, pero los días empiezan para que esa noche solo sea un simple recuerdo, genial o no, pero se quedará ahí...
Ojalá pudiera cambiar, desconcertado en el día, verte, tocarte, besarte, susurrar en tu oido, y a la noche alejarme de tí, y no soñarte, y saber que te espero en la siguiente mañana.

Que la barrera se produzca en mis buenas noches, que imaginemos mundos distintos en nuestro sueños, que cada amanecer unos ojitos achinados nos devuelvan a la magia real.

La soledad se descubre a menudo en la necesidad de un abrazo... -Dulce Chacón-

Poder mirarte
supone un triunfo al día
si eres primero...

Que vuelva a llover sobre mojado y podamos pisar los charcos descalzos, mientras tu sonrisa dispara a mi sonrisa, mientras tus caricias, producen escalofrios...

Si algo debe cambiar, que sean las noches en vela...
Si algo debe quedar, que sean mis ganas de tenerte entre mis brazos...
Si algo debe mejorar, que sean nuestros besos, cada día...